Julio del 2012, una Liliana Torres un poco pasada de revoluciones, regresaba de su "exilio" tras la orden de detención en su contra premunida de un habeas corpus del inefable juez chinchano Solari Oliva y juraba entonces que no volvería al política; sin embargo pocos días después evitó su vacancia en el consejo regional y siguió ejerciendo de consejera hasta que el jurado nacional de elecciones declaro su inhabilitación ya sentenciada por la sala penal liquidadora de Cañete en el proceso de telefónica.
Alguien cree algo a Liliana si lo que ha hecho a lo largo de su vida es mentir... tendríamos que ser bastante inocentes para creer en la ex consejera, sin embargo están los mecanismos legales para evitar que siga interfiriendo en la región.
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