martes, 21 de mayo de 2013

PROVECHO CANDIDATO PRESIDENCIAL...QUE DIRÁN LOS ACUÑISTAS EN CAÑETE.....¡¡EL OTRO POPULISMO: LOS ACUÑAS Y EL PATRIMONIALISMO EN EL PERÚ DE ADENTRO!!


¡¡EL OTRO POPULISMO: LOS ACUÑAS Y EL PATRIMONIALISMO EN EL PERÚ DE ADENTRO!!

César Acuña, alcalde de Trujillo y dueño del partido Alianza para el Progreso desnuda sus propósitos en un extenso vídeo ante sus operadores. El objetivo del señor Acuña es tanto conocido (ser Presidente de la República) sin embargo la estrategia que expone revela en sí  el verdadero rostro de la política y el poder en el Perú. Ese otro populismo de los espacios locales del que poco se toca y casi nada se escribe.
Probablemente Acuña no vaya preso y tampoco sea vacado de su cargo. A decir verdades el Poder Judicial o el Ministerio Público, además de medios de comunicación y periodistas, se pueden prestar a su causa. Rosa María Palacios, por ejemplo, ha dicho que Acuña puede hacer lo que quiera con su plata y no con la del estado, sin embargo debería señalar que la política de baja intensidad, esa de creer que los votos se ganan con kilos de azúcar y arroz (una fina forma de coaccionar) no solo es deplorable sino que configura delito según el Jurado Nacional de Elecciones.
Con la descentralización ha resurgido, y con fuerza, el patrimonialismo en espacios locales de poder. Los ejemplos sobran y son a diario. Ahora los presidentes regiones y alcaldes se han vuelto en señores feudales y pequeños tiranuelos- micros capaces de manipular a través de obra pública. Los proyectos y programas son creados y gestionados con el único fin de tener y extender un amplio colchón de clientelaje político para asegurar la permanencia en el poder. Ese margen de maniobra del que ahora se goza en estos pequeños espacios de gobierno son apenas avizorados por la prensa nacional, politólogos o cientistas sociales en la configuración y diseño de una democracia sostenible en el Perú. Si el poder viene de abajo hacia arriba, entonces el diseño y uso de este poder está llevando a la quiebra al estado - nacional.
Pero un tema aparte es que no existe democracia sin partidos políticos nacionales. Pensar que la fiscalización o el monitoreo de eficiencia y honestidad del gasto público pueda recaer en la “sociedad civil” es seguir creyendo que la garantía para la democracia es solo la “participación” y que los organismos no gubernamentales (ONG) son cambiables por los partidos políticos, acaso los únicos canales de transmisión de intereses, necesidades y demandas entre el Estado y la Sociedad. Un aspecto fundamental como la falta de cuadros, o programa o lineamientos políticos hacen que estos partidos políticos sean rechazados por movimientos independientes regionales más afines a los  intereses o prebendas de los operadores locales.  

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